Soñando el mundo

Cuando el ocaso del pensamiento único
libere al oprimido del grillete,
tocará diana un nuevo mundo
y pondrá el indiginado su membrete.

Se firmará la paz con la justicia,
correrán los ricos a refugio,
los descastados portarán albricias
y eso será, tan solo, un buen preludio.

La primera piedra tiene fecha,
quince de mayo de dos mil once,
la revolución no tiene nombre,
ni dueños, ni fronteras, ni profeta.

El capital ahogó su sueño en el dinero,
gastaron a futuro y el presente,
como siempre, llegó entre los primeros
y con él, el clamor del insurgente.

Nos pusieron cadenas de hipoteca,
a cámara lenta y en las calles
la juventud se fue, entre embargo y letras,
impagos por el día y noches sin llaves.

Arropando el frío con rotos contratos
y engañando al hastío y la impotencia,
apostados, sine die, en la cola del paro
en pausa hasta el mañana que nos niegan.

Tenían claro en sus despachos
que mercenarios por trescientos euros,
en la cuerda floja, becarios asustados,
jamás darán su vida por sus compañeros.

Se equivocaron…
El Sol salió y se equivocaron
no dieron su vida y se alejaron,
volcaron su valor y su trabajo,
los pre-parados, indignados,
piedra a piedra levantaron
el mundo que una vez soñamos.
 

Por David G. Ortiz
En Madrid, a 7 de junio de 2011

Publicado el junio 7, 2011 en Lírica libre y etiquetado en , , , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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